El calentamiento del océano incide en la salud humana
Los impactos del cambio climático en el océano ya tienen consecuencias probadas para la salud humana, según constata un estudio científico presentado en el Congreso Mundial de la Naturaleza, que revela un aumento en la velocidad de propagación de enfermedades por la subida de temperatura del agua.
El estudio "Calentamiento oceánico: causas, alcance y consecuencias", promovido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), fue elaborado por 80 científicos de 12 países, que han documentado los efectos que está teniendo el calentamiento en los ecosistemas marinos.
Los investigadores observaron que "la huella" del cambio climático está ya impresa en la totalidad de los océanos del planeta, desde las zonas polares hasta las tropicales, causando "significativas alteraciones".
Una de ellas es "un aumento de las enfermedades en las poblaciones de flora y fauna marina", al que -según Dan Laffoley, uno de los autores principales- "no es ajeno el hombre".
Los científicos advirtieron que la mala salud del océano causada por los gases de efecto invernadero que el hombre emite a la atmósfera está dañando notablemente la biodiversidad marina, causando la pérdida de áreas de reproducción de tortugas o aves marinas.
El calentamiento del océano también influye en el clima: el número de huracanes graves aumenta a un ritmo de entre un 25 y un 30 % por grado de incremento de temperatura global (aunque la media ha sido de un grado en el último siglo, en algunos sitios ha llegado a subir más de tres).
Se ha registrado un incremento de las precipitaciones en las latitudes medias y las zonas monzónicas, al tiempo que ha llovido menos en varias regiones subtropicales.
Los investigadores advirtieron, no obstante, de que no todo está perdido: "Hay cantidad de medidas que países, organismos internacionales y comunidades locales pueden desarrollar para hacer más fuertes los océanos frente a esta amenaza", subrayó Inger Andersen, directora de la UICN.
Entre ellas: declarar más áreas marinas protegidas y ampliar las existentes, establecer protección jurídica en alta mar, potenciar el conocimiento científico y, principalmente, reducir "de forma rápida y sustantiva" las emisiones de gases de efecto invernadero.